domingo, 2 de octubre de 2016

DERECHO A LA IDENTIDAD


Se debe tener en cuenta que la conducta criminal es tan antigua como la historia de la humanidad. Desde los albores de su creación hasta nuestros días, se han sucedido hechos de esta naturaleza.
El derecho se ha perfilado como la ciencia que estudia y regula las acciones del hombre en la sociedad, del hombre con el hombre y del hombre con las cosas.  A los efectos de darle a cada uno lo que le corresponde, se ha requerido, requiere y requerirá para hacer efectiva su tarea, determinar en forma fehaciente la identidad humana, como condición sine qua non, para poder adquirir derechos y contraer obligaciones. Es un derecho positivo, donde cada individuo posee la capacidad de ser un centro de relaciones jurídicas diferente a los demás. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hombre, antes de ser persona en sentido jurídico, lo es en sentido antropológico.
Para el logro de este derecho a la identidad se ha debido transitar un largo camino.  Hoy está asegurado y cada vez son más las técnicas que en formas directas o indirectas permiten establecerlo (Pini, 2007). Para una total comprensión, se hace necesario precisar algunos conceptos o vocablos que pueden alcanzar extensiones o significados distintos, según se empleen en su uso común o en su uso técnico o científico. De acuerdo con ello, podemos citar lo siguiente:
IDENTIDAD: el termino identidad se deriva de las voces latinas idem=el mismo, la misma, lo mismo y Ens, entis=ser, existencia.
La identidad es el conjunto de particularidades de ascendencia hereditaria o adquiridas, producen que una persona o cosa sea la que es, única y diferente de los otros. La entidad, es decir, lo que constituye la esencia de ser es perenne e inmutable, por consiguiente no es posible localizar a alguien idéntico a otro, ni en gemelos univitelinos, pues no existe más identidad que la de uno, consigo mismo.
La persona conforme le pasan los años, va cambiando su aspecto externo, puesto que un sujeto de 60 años no es igual a como lucia cuando tenía veinte años; sin embargo, es idéntico, puesto que sigue siendo el mismo, guarda la misma entidad. En otras palabras, conserva lo que en él le es característico y que lo determina como único discriminándolo de los demás.
Se podría decir que la identidad es una cualidad propia de todo ser o cosa, que la hace igual a sí misma, pero diferente a las otras.
IDENTIFICACIÓN: La identificación es descubrir en una persona, animal o cosa, aquellas características invariables que la hacen inconfundible a las demás de su misma especie. Se puede afirmar también que la identificación es un medio o mecanismo con el que se puede establecer una igualdad o una diferencia entre una persona, animal o cosa, de los que se tiene un conocimiento previo o una filiación.
En síntesis, filiación es conocimiento (señales particulares de un individuo) e identificación es reconocimiento de la identidad personal.
En la identificación se hace un reconocimiento o comparación de datos que han sido registrados a nombre de determinada persona, con los que se nos presentan.
Hay que dejar claro que todo sistema de identificación debe tener los tres elementos básicos: identidad, filiación e identificación.

La Criminalistica ha subdividido la identificación personal, definida como el conjunto de procedimientos destinados a reconocer a una persona viva o muerta o restos cadavéricos, en: identificación criminal  que es aquella que realiza el  Estado por medio de órganos especializados, tales como la Policía Judicial, Policía Administrativa, con el objetivo de individualizar, dentro de su conglomera social, a los supuestos o efectivos transgresores del ordenamiento penal, y facilitar de esta manera la prevención  y represión de los delitos, e identificación necrológica que tiene como finalidad especifica el establecer la identidad post-morten de los individuos, sean estos sujetos pasivos o activos de la acción delictiva. Esta identificación se lleva a cabo por medio de la Medicina Legal, la Odontología Forense, la Macrodáctila. (Rafael G. Brenes Acuña, 1998)
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